Agua

Somos agua y el agua se encuentra presente en todos los territorios que habitamos. El agua se aloja en cuencas, sin entender fronteras políticas, por lo que son las cuencas y sus ecosistemas los que debemos tomar como territorios de complejas interacciones del ser humano entre sí y como parte de la naturaleza. No respetar el ciclo del agua rompe el equilibrio vital para la vida. Existe la idea del agua como recurso renovable debido a su ciclo sin fin, pero la cantidad de agua en el planeta es siempre la misma y si alteramos su composición, localización o estado de manera irreversible, la convertimos en un bien escaso.

En nuestro continente existe agua para todos, pero es injustamente distribuida. Los problemas del agua son problemas de justicia, y estos conflictos son un claro indicador de la crisis civilizatoria, provocada por el sistema de acumulación y privatización, en detrimento de los espacios y bienes comunes; entre los cuales el agua compone los espacios y bienes comunes por excelencia. Territorios con agua, cuerpos de agua, nuestro cuerpo. Para pensar el agua debemos pensar en su carácter común, cíclico y comunitario, adecuándose a un ordenamiento político-social de acuerdo con las potencialidades que nos brinda el ecosistema en la cuenca que compartimos.

A nivel nacional, encontramos un gran abanico de problemáticas con el agua. Desde el litoral, llegan voces en contra de las megarepresas y a favor de los ríos libres. Desde el centro del país, se pide por la salud de los ríos y pueblos fumigados y los acuíferos explotados, desde la cordillera se defienden los glaciares y la nieve de las altas cumbres de las explotaciones mineras. Desde el sur se señala a la explotación petrolera como una amenaza directa al agua escasa. Buenos Aires, en tanto ciudad costera, se enfrenta a múltiples problemáticas, muchas de ellas están relacionadas con la contaminación y la pérdida de humedales que provoca inundaciones, entre otras problemáticas. Las intervenciones insustentables en nuestras cuencas han hecho más inundables las zonas húmedas y más escasas de agua limpia a las zonas áridas. El 2022 fue uno de los años más secos de las últimas cuatro décadas y se caracterizó por temperaturas extremas e incendios forestales. La mayoría de las ciudades del país carecen de una planificación adecuada para adaptarse a eventos climáticos extremos y muchos habitantes carecen de agua. En todo el territorio luchamos contra la privatización y contra las corporaciones que mercantilizan el agua. El agua no es un negocio y defenderla no es un delito.

Nos proponemos participar en la construcción de ciudadanía, territorio y desarrollo, defendiendo el agua desde una perspectiva socioambiental.

En esta área trabajamos en los siguientes ejes temáticos

Generar políticas públicas

Generar políticas públicas para el agua. El agua es un bien común y debe permanecer libre de toda mercantilización. Todos los conflictos por el agua son conflictos de privación para la vida.

Fomentar la gestión democrática

Fomentar la gestión democrática del agua y sus territorios por parte de las comunidades locales. El conflicto entre ecosistema y progreso desarrollista debe desarmarse con alternativas desde las bases, incorporando la integración humana al ciclo del agua como premisa. El agua, como bien común público, hace a los espacios públicos por excelencia: costas, humedales, y todas las áreas donde una importante presencia de agua las hace plausibles de un planeamiento y gestión comunitarias de uso y/o conservación. El rol de las mujeres es protagónico en esta defensa.

Promover el derecho al agua

Promover el Derecho al agua. El acceso a agua de calidad es un derecho humano. Agua para todos, pero no para todo. El 17 de julio de 2010 las Naciones Unidas han reconocido al agua y al saneamiento como un derecho humano fundamental. No obstante, y de forma contradictoria, en la actualidad también asistimos a una privatización de los ámbitos comunes. Las multinacionales, bajo el discurso del capital, han perfilado sus esfuerzos para mercantilizar los bienes comunes.

Detener la contaminación

Detener la contaminación. Responsabilidad directa por el estado actual de las aguas a los contaminadores históricos. Recuperación de las fuentes y conservación de las existentes para una gestión sustentable. La contaminación es el emergente más obvio al referirnos a problemáticas ambientales. En las áreas urbanas su origen es industrial y cloacal, en ese orden. En las áreas rurales los agrotóxicos llevan la delantera. La contaminación de nuestras fuentes de agua es preocupante. Las medidas adoptadas para evitarla son insuficientes. Nos articulamos en las luchas por la defensa del agua

Acciones y Producciones

Un caso de transición energética identificado como falsa solución en Catamarca

Desde Tierra Nativa, entendemos por falsa solución aquellas acciones que promueven la contaminación o destrucción de un ecosistema determinado. Esta destrucción se lleva a cabo mediante la compra de valores en los mercados financieros, generalmente por parte de corporaciones transnacionales que promueven la idea de una transición energética basada en el uso de bienes naturales como el litio.

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Litio… ¿para quién?: El caso de Fiambalá, Argentina

Transición energética justa y feminista en un contexto de injusticia climática. Desde una escala global, centrada en la relación Norte-Sur y su rol estratégico en la transición energética. En este trabajo, analizamos sus posibles usos y los impactos socioambientales, particularmente en Fiambalá, provincia de Catamarca.

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La ley bases atenta contra nuestra soberanía

Este miércoles 12 de junio, se trata en la Cámara de Senadores la “Ley Bases” y es fundamental que estemos en las calles defendiendo nuestros derechos y así expresar nuestro descontento con este tipo de políticas que destruyen nuestros territorios, nuestra economía y desintegra el tejido de la sociedad.

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