Desde grandes organismos mundiales se plantea continuamente el Derecho a la Seguridad Alimentaria como solución al hambre y la desnutrición, pero ¿es esta la vía para garantizar alimentos suficientes y sanos a toda la población? Estamos convencidos que este camino no es a través del aumento de la cantidad de alimentos producidos, sino a través del acceso a ellos en formas justas e igualitarias. Esta situación solo será posible atravesando el camino de la Soberanía Alimentaria.
Él término Soberanía Alimentaria propuesto por Vía Campesina en el año 1996, se ha convertido en un concepto fundamental para definir la autonomía de los pueblos, el derecho a la alimentación y apoyo a la agricultura familiar y sustentable.
La Soberanía Alimentaria promueve la capacidad de las poblaciones para decidir y controlar sus propios sistemas de producción de alimentos, así como su derecho a acceder a alimentos suficientes y nutritivos.
Contempla el acceso y control de la población de los bienes productivos, las tradiciones de conservación e intercambio de semillas, el acceso al agua sana, potable y segura, y el acceso y tenencia de tierras, especialmente por parte de mujeres y pueblos originarios.
La Soberanía Alimentaria promueve la participación activa en la toma de decisiones alimentarias y rurales, a la vez que propone una revalorización de los aspectos locales, los saberes tradicionales de los pueblos y el respeto por sus tradiciones culturales.
Este paradigma no concibe a los alimentos como mera mercancía, sino como fuente de nutrición a la que deben tener acceso todas las poblaciones del mundo, a través de relaciones de producción e intercambio libres, justas, iguales e inclusivas.