Vivimos un momento histórico de enorme crisis del sistema capitalista que ha dejado al descubierto su incapacidad ontológica para dar respuesta a las necesidades de las personas.
Con más de 1.300 millones de pobres en el mundo, la escandalosa concentración de la riqueza posibilita que el 1% más rico de la población, posea más que toda la población del planeta y que tan sólo ocho corporaciones posean más dinero que la mitad de la población mundial. Esto se agrava si se tiene en cuenta la absoluta inequidad en la percepción de ingresos entre hombres y mujeres.
Los países del norte imponen murallas físicas y legales a los millones de migrantes desplazados de sus territorios del sur global. Sin embargo, esas mismas murallas son abiertas para el saqueo de sus bienes comunes, la apropiación de sus territorios y la incorporación de mano de obra barata en sus economías regionales. El consumo desaforado de las poblaciones ricas que nos hablan de sostenibilidad, hace inviable el desarrollo de las naciones empobrecidas y recae necesariamente sobre la precarización de la calidad de vida de millones de personas.
La expansión feroz de la “economía verde” ha avanzado sobre territorios y personas sin logra erradicar el hambre que padecen millones en el mundo. En este contexto, el rol que juegan las ETNs es central, pero muchas veces invisible (invisibilizado): éstas cuentan con un enorme poder en el acceso a la información y espacios privilegiados de toma de decisiones en muchos ámbitos. Están presentes en mesas de negociación donde se les niega el acceso a organizaciones y movimientos sociales, especialmente si son poblaciones vulnerables. Asimismo construyen relatos y narrativas para argumentar a su favor tanto en justificaciones de su accionar violador de derechos, como para favorecer cambios/escenarios que las favorezcan. Estas narrativas también alimentan el mito del desarrollo en los países periféricos, que refuerza su posición de proveedores/exportadores de commodities como única actividad posible. Las ETNs promueven estrategias de integración fuertemente basadas en el afuera, en la integración al mercado global reforzando la división internacional del trabajo, la relación centro-periferia, la socialización de costos por parte de los países empobrecidos, y la concentración de ganancias en los países centrales.
Desde Amigos de la Tierra Argentina comprendemos que es necesario cuestionar la concepción de desarrollo, apoyando iniciativas de sustentabilidad, defendiendo los territorios, los bienes comunes, la igualdad de derechos y la autodeterminación de los pueblos.