La transición hacia un mundo sustentable depende de la construcción de una consciencia colectiva que nos permita disputar la concepción cultural actual de sociedad.
Las experiencias de lucha, resistencia y trabajo hacia una sociedad más justa se replican a lo largo y ancho del territorio, sostenidas por quienes se encuentran en la construcción de caminos alternativos a los que este sistema de exclusión propone.
Caminos históricos y caminos incipientes, que permiten demostrar que otras formas son posibles, colocando la vida y la naturaleza en el centro de toda concepción política de construcción social.
Es allí donde nos encontramos y desde donde trabajamos, junto a quienes se encuentran en situaciones de vulneración de derechos, junto a quienes han sido excluides por el sistema, pero sostienen luchas incansables hacia la justicia social y ambiental.
Nuestro recorrido hacia una sociedad sustentable está atravesado por la educación, como derecho fundamental y herramienta de empoderamiento de los pueblos, la denuncia de las violaciones de derechos, la construcción de una solidaridad activa hacia la igualdad, por las iniciativas sustentables que sostenemos y apoyamos en diversas esferas y por la convicción de que la transición no sólo es necesaria, sino también inevitable.