La expansión de la urbanización en la provincia de Buenos Aires condujo a la
fragmentación de ecosistemas naturales, lo que ha generado la necesidad comunitaria
de habitar entornos saludables. Como consecuencia, las/os ciudadanas/os han
tomado la iniciativa de organizarse y establecer redes para preservar pequeños
reductos de naturaleza. Mediante el análisis de tres casos (Reserva Natural Provincial
Santa Catalina, Reserva Urbana de la Defensa de El Palomar “Isla Verde” y Paisaje
Protegido de Interés Provincial Camino de las Flores) exploramos el papel crucial
de la participación ciudadana en la protección de estas áreas verdes urbanas y sus
desafíos. Observamos denominadores comunes: comunidades organizadas con
una identidad arraigada a su barrio, activistas y académicos/as e investigadores/
as que se comprometen con su defensa. Estas, constituyen espacios de resistencia
y resignificación, con una respuesta colectiva orientada en conquistar derechos
y promover la biodiversidad. Concluimos que la actual crisis ambiental exige la
preservación activa de espacios verdes urbanos donde la comunidad asume un
papel protagónico y enfrenta desafíos territoriales y disputas políticas