En tiempos en que nos enfrentamos a una escalada de la violencia material y simbólica, se hacen necesarios nuevos impulsos y esfuerzos de unidad de nuestros pueblos.
En este marco, el 22, 23 y 24 de febrero nos reunimos en Foz de Iguazú más de 3000 militantes de toda la región en la Jornada Latinoamericana y Caribeña de Integración de los Pueblos.
Este encuentro histórico constituye un momento de retomada de la unidad de los pueblos de “Nuestra América”, de movilización y acción para remarcar apuestas y propuestas frente la ofensiva de las diversas estrategias de dominación colonial, neocolonial e imperialistas impulsadas por el gran capital e implementadas a través de golpes de Estado, mecanismos de desestabilización, endeudamientos y dependencia perpetua, saqueo de bienes comunes y una guerra por el control y la homogeneización de nuestra diversidad cultural. Una guerra por los sentidos que orientan la vida, por las emociones y los sueños, por la idea de futuro.
Desde los derechos a la soberanía y la autodeterminación de los países, desde la alegría, la diversidad de expresiones sociales, organizativas, culturales, partidos políticas, ideológicas, nacionales y desde los territoriales, se propuso una agenda común que nos permitirá retomar el camino cooperación e integración entre los países de América Latina y el Caribe. A continuación la declaración completa