En los salones de la ONU, donde las discusiones están históricamente alejadas de las realidades que enfrenta el Sur Global, algo empieza a resquebrajarse. Por esas grietas, se filtran las voces de quienes siempre fueron silenciados: los sectores más humildes, las periferias del mundo, las comunidades que cargan el peso de un sistema hecho para otros.

Esta vez, las discusiones no solo intentan dibujar un nuevo derecho internacional, sino que enfrentan el desafío de escuchar a los pueblos históricamente oprimidos. Una pulseada política que pone sobre la mesa no solo un sistema multilateral en crisis, sino también la esperanza de que, en esta región del mundo, los olvidados encuentren fuerza para disputar su lugar. Porque acá sabemos que las transformaciones no llegan solas: se empujan, se construyen, y se gritan desde abajo hacia arriba.

Del 16 al 20 de diciembre, Estados, parlamentarios y defensores de derechos humanos de todo el mundo se reunieron para la 10ª sesión de negociaciones por un Tratado Vinculante en Derechos Humanos y Empresas Transnacionales.

Desde Argentina, Tierra Nativa llevó su compromiso con la justicia social y ambiental a este espacio. Las voces de comunidades afectadas resonaron junto a organizaciones de diferentes partes del mundo, que exigían un marco jurídico capaz de frenar los abusos corporativos. La meta era clara: responsabilizar a las ETN por sus violaciones a los derechos humanos, un problema que trasciende fronteras y continentes.

Fuente: Minga, Colectiva Luan.

En el marco de una crisis global que enlaza el cambio climático, las desigualdades sociales y los conflictos territoriales, el Tratado Vinculante surge como una herramienta urgente y necesaria. Su objetivo no es menor: establecer estándares jurídicos universales que obliguen a las ETN a respetar los derechos humanos en todos los países donde operen.

El contexto argentino amplifica esta necesidad. Las transnacionales dejaron huellas profundas en sectores como la minería, la agroindustria y la energía, donde la falta de regulaciones efectivas fomentó conflictos ambientales, despojo de tierras indígenas y vulneración de derechos laborales.

Mientras las discusiones avanzaban, el silencio del Estado argentino fue simbólico. Ni el Ministerio de Relaciones Exteriores ni el Representante Permanente ante la ONU intervinieron en los debates. Esta inacción resulta alarmante en un país donde las transnacionales tienen un impacto directo y donde las comunidades afectadas reclaman por justicia. Las políticas como el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI) ejemplifican esta orientación, ofreciendo beneficios fiscales a las empresas mientras se ignoran las demandas de las comunidades afectadas.

En medio de este vacío oficial, la presencia del senador provincial Federico Fagioli, de Patria Grande, trajo un poco de aire fresco1. Reconocido por su compromiso con los sectores populares, Fagioli destacó la necesidad de leyes nacionales que limiten el accionar de las ETN y refuercen la soberanía nacional frente al poder corporativo. “No podemos avanzar solos; estos esfuerzos deben complementarse con los avances internacionales”, declaró en su intervención.

Fagioli también recordó el proyecto de ley2 que presentó en 2023 en el Congreso Nacional Argentino, enfocado en regular la actividad de las ETN y garantizar el respeto a los derechos humanos. Su participación en las negociaciones reafirmó la necesidad de articular luchas locales con esfuerzos globales.

Durante las sesiones de trabajo surgieron avances significativos en la discusión de ocho artículos del borrador del tratado. Entre los logros más destacados se incluyó la incorporación del término “violaciones” junto con “abusos” de derechos humanos, y referencias explícitas a las “personas y comunidades afectadas” por las actividades de las ETN. Estos avances representan pasos importantes en el contenido del texto, aunque el desafío de establecer obligaciones concretas y vinculantes, aún requiere un arduo trabajo por delante.

En este proceso, quedó en evidencia la fuerza de las organizaciones presentes, donde la unidad y la capacidad de incidencia política resultaron determinantes. La articulación con países clave como Colombia, Brasil y México en América Latina; Ghana y Camerún en África; Palestina en Medio Oriente; e Indonesia en Asia, consolidó una alianza estratégica frente a un sistema internacional que todavía prioriza intereses corporativos sobre los derechos de las personas.

La Asamblea de Mujeres Rurales, representada por Zakithi Sibandze, denunció la insensibilidad del país que preside el proceso, Ecuador, de aplazar las negociaciones de octubre a diciembre, con el claro objetivo de boicotear el proceso y quitarle la fuerza a los estados y organizaciones del Sur Global. Por su parte, Dima Asfour, de Palestina, denunció el impacto devastador de las corporaciones en contextos de conflicto «Las corporaciones son cómplices de genocidios, desplazamientos y la destrucción del planeta. Es hora de terminar con la impunidad empresarial».

Eventos paralelos como el foro “Construyendo cadenas globales de solidaridad”, realizado en la Universidad de Ginebra, reunieron a comunidades afectadas para compartir estrategias de resistencia. También, la Red Interparlamentaria Global (GIN), organizó un panel donde parlamentarios de Colombia, Argentina y Guatemala destacaron la necesidad de que el tratado inspire regulaciones nacionales.3

Aunque la 10ª sesión tuvo avances significativos, también dejó en evidencia las resistencias que persisten. Las discusiones sobre el lenguaje del tratado y las obligaciones concretas de las corporaciones seguirán siendo un campo de batalla. El mensaje desde los territorios a Ginebra fue claro: la lucha por un tratado vinculante es también una lucha por la justicia, la equidad y la sostenibilidad en un mundo dominado por el poder corporativo. Como dijo Pierre Maison, de La Vía Campesina: “No es solo un tratado; es una herramienta para construir un futuro donde las personas valgan más que las ganancias”.

  1.  Defender los intereses de los pobres en la ONU  https://www.tiempoar.com.ar/politica/defender-pobres-onu/ 
    ↩︎
  2.  Proyecto de Ley DDHH-ETN: https://www4.hcdn.gob.ar/dependencias/dsecretaria/Periodo2023/PDF2023/TP2023/4711-D-2023.pdf 
    ↩︎
  3.  La Red Interparlamentaria Global: Un aporte estratégico en la construcción de un Tratado Vinculante https://bindingtreaty.org/la-red-interparlamentaria-global-un-aporte-estrategico-en-la-construccion-de-un-tratado-vinculante/ ↩︎

 

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