Somos partícipes de una enorme revolución. La llaman la revolución de las hijas, pero sabemos que se construyó generación tras generación de lucha de  mujeres que pusieron sus cuerpos, sus ideas y sus convicciones para construir un mundo más justo para todes.  Desde ayer en Argentina estamos más cerca del ejercicio pleno de la autonomía de nuestros cuerpos. Desde ayer estamos en un país un poco más justo, que ha saldado una de las deudas históricas de la democracia, especialmente con las personas con  capacidad de gestar.

Desde ayer, el aborto es un derecho en nuestro país y somos conscientes que no sólo es una cuestión de salud pública sino también de justicia social. Hemos ganado una de las batallas contra el patriarcado, que nos impedía decidir y planificar nuestras vidas, ubicándonos a las mujeres en un rol social de meras reproductoras de vida y encargadas de los cuidados. El Estado no nos empujará más a la clandestinidad, ni nos penalizará por decidir sobre nuestros cuerpos sometidos a la violencia estructural e histórica. 

Como mujeres ecologistas, entendemos que defender la vida no consiste en obligar a maternidades forzadas, sino que todas y todos puedan desarrollar una vida plena en dignidad, habitando un territorio propio y sano.  Para desarrollar esta vida plena y en dignidad, es necesario abolir la matriz de la opresión que sufrimos al mismo tiempo que la naturaleza, la cual es profundamente patriarcal. 

Con el poder de decidir que estamos conquistando las mujeres en el sur del Sur, a través de la  organización popular, de la construcción de otras formas de hacer política y de la lucha incansable, el patriarcado se resquebraja un poco, para que podamos derribarlo y construir otros mundos posibles, donde la violencia y la injusticia no tengan lugar.

El movimiento feminista ha inundado todos los espacios. La marea verde nos hace sentirnos acompañadas y poderosas, nos hace florecer el compañerismo.  Verde es un color que amamos de doble manera.  Este día es bisagra en Argentina y sabemos que el pañuelo verde ya recorre todo el continente, dando esperanza a más mujeres que siempre contarán con la sororidad internacionalista de sus hermanas. Como resuenan las voces de los cantares populares, esos que se escuchan en las calles, en la lucha y en el movimiento: América Latina va a ser toda feminista!

 

 

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