Desde comienzos de 2024 venimos desarrollando en la Reserva Natural Laguna de San Vicente una serie de talleres abiertos a la comunidad, con el objetivo de brindar herramientas para comprender el paisaje local, reconocer sus valores naturales y culturales, identificar problemáticas ambientales y fomentar su cuidado.

Bajo la consigna «Conociendo el paisaje de San Vicente», hemos realizado diversos encuentros durante 2024 y 2025 que abordan distintas dimensiones del ambiente, y promueven una mirada integral y sensible sobre el territorio.

Las actividades fueron organizadas por el equipo de Biodiversidad de Tierra Nativa, en articulación con educadores, docentes, investigadores, talleristas y referentes ambientales. A lo largo de los encuentros, se convocó a vecinos, estudiantes y organizaciones sociales a reflexionar, explorar y actuar colectivamente en torno al paisaje natural de San Vicente.

El paisaje de San Vicente

Corredores Biológicos como herramienta de ordenamiento territorial

En abril de 2024 realizamos el primer taller de una serie de encuentros en el Puesto 2 de la Reserva Natural de San Vicente. En una primera instancia reconocimos la ciudad de San Vicente y su ambiente a través de imágenes y fotografías satelitales.

Cada participante recibió un mapa de la ciudad de San Vicente para utilizar como guía a lo largo de los encuentros.

Durante el taller, se debatieron conceptos como paisaje, ecosistema, pérdida de la biodiversidad y fragmentación del hábitat, que funcionaran como marco teórico transversal durante el desarrollo de los encuentros.

Recorrimos los alrededores de la Reserva Natural con el objetivo de reconocer algunas plantas nativas que aún se conservan en el paisaje actual de San Vicente.

Recorrimos los alrededores de la Reserva Natural con el objetivo de reconocer algunas plantas nativas que aún se conservan en el paisaje actual de San Vicente. 

Discutimos qué medidas se podrían tomar para conservar los paisajes silvestres de San Vicente, más allá de los límites de la Reserva. En ese sentido, comenzamos a profundizar en el concepto de Biocorredores como herramienta para ordenar el territorio en el municipio y de qué manera podemos participar nosotrxs como parte de la ciudadanía.


La Cuenca del Samborombón y sus problemáticas ambientales

En el segundo taller identificamos el río Samborombón, un curso de agua perteneciente a la cuenca del Plata que nace en el partido de San Vicente. Para ello seguimos utilizando los mapas brindados en el primer taller. Debatimos e identificamos el nacimiento de los arroyos en el municipio, su recorrido y su estado actual. Visualizamos el impacto y el avance del crecimiento urbano y habitacional sobre los arroyos (barrios cerrados, loteos) y observamos cómo esto afecta al flujo del agua que llega hasta la laguna.

En este taller, contamos con la presencia de Agustina Varela, becaria doctoral de CONICET, quien nos compartió información sobre cómo fue el impacto del curso de los arroyos con imágenes del avance de urbanización en San Vicente, cómo se distribuye el curso del agua a lo largo de la cuenca, qué impactos ambientales tiene y cómo las inundaciones producen efectos adversos sobre nuestros ecosistemas y al estado de los arroyos.

Además, abordamos conceptos de remediación y rehabilitación ecológica para pensar nuevas formas de proteger nuestros arroyos. 

Durante este taller también, recorrimos las inmediaciones del Arroyo San Vicente y logramos identificar plantas nativas, exóticas, observamos aves, acarreo de ganado y realizamos recolección de residuos. Reconocer, transitar y aprender de nuestro territorio es el primer paso para una protección y conservación colectiva de estos ecosistemas. No obstante, los arroyos funcionan como corredores biológicos naturales. Su preservación no solo es clave para mantener la biodiversidad local, sino también para sostener los procesos ecológicos claves en el territorio y para mejorar la calidad de vida de quienes habitan en sus alrededores. 


Invasiones biológicas: el caso de acacia negra (Gleditsia triacanthos)

En este encuentro tuvimos la participación de la Licenciada en Cs. Ambientales y Doctora en Cs. Agropecuarias Melina Aranda, quien trabaja hace más de 12 años investigando invasiones biológicas. En este encuentro identificamos el proceso de invasión de las especies exóticas con énfasis en acacia negra (Gleditsia triacanthos), un árbol norteamericano que se ha expandido hace varios años en diferentes regiones de nuestro país. Entre los conceptos abordados, discutimos los procesos de invasión de las especies exóticas. En el caso particular de este árbol, fue introducido por transporte humano y, tras un período de latencia, coloniza los ambientes naturales y se expande en el paisaje lo que lo convierte en especie invasora.

Llevamos a cabo una actividad en grupo para identificar qué consecuencias tienen las invasiones biológicas y qué especies invasoras conocen. Durante la puesta en común, logramos identificar varias especies invasoras que afectan nuestros ecosistemas, tanto en la flora como en la fauna. Esto nos permitió analizar las consecuencias de dichas invasiones, tales como la pérdida de ecosistemas nativos, cambios en las condiciones del suelo, pérdidas económicas, transmisión de enfermedades, pérdida de biodiversidad y extinción de especies.

Al finalizar la puesta en común, realizamos un recorrido por la reserva, donde pudimos identificar distintas fases del árbol acacia negra y su expansión territorial, así como otras especies invasoras. También discutimos formas de detener su crecimiento o expansión. Llegamos hasta el humedal, donde nos preguntamos sobre los límites definidos de la reserva de San Vicente, si existía un perimetraje y cuál es el rol del municipio en esta fase. Las invasiones biológicas son una problemática a nivel global y afectan tanto a la protección de la biodiversidad, la producción de alimentos como también a la calidad de vida ya que disminuyen la resiliencia de los ecosistemas ante eventos adversos. 



Participación ciudadana e intervención en el pastizal de la reserva

Durante la primavera de 2024 realizamos nuestro cuarto taller participativo y nos encontramos en la Reserva Natural de la Laguna de San Vicente para reflexionar sobre cómo podemos cuidar el ambiente, e involucrarnos a través de una plantación de especies nativas en su sector en recuperación del pastizal.

Intervinimos el sector del pastizal en recuperación con especies nativas propias de la región: Sisyrinchium platense, Chaetotropis elongata y Oxypetalum solanoides entre otras. Las especies incorporadas son producidas y cuidadas desde el vivero de la reserva. Este vivero, como todos los viveros de especies nativas, tienen un rol fundamental en la restauración de las reservas y otros espacios, ya que proveen de plantas nativas que muchas veces son difíciles de obtener en viveros convencionales. 

Durante la jornada logramos re-introducir varios ejemplares de cada especie. La participación de la comunidad en las actividades de restauración ecológica es fundamental para impulsar procesos a largo plazo, ya que se trata de un trabajo que demanda esfuerzo, compromiso y un seguimiento constante, especialmente en áreas degradadas, como aquellas afectadas por la invasión de especies exóticas. Desde Tierra Nativa apostamos al involucramiento activo de la comunidad en estos procesos, no solo como una herramienta de restauración ambiental, sino también como una oportunidad para fortalecer el vínculo con el territorio, donde se reconozca su valor ecológico, cultural y social.

San Vicente hace 20 mil años

Para finalizar nuestro primer año de talleres participativos, durante este 5° taller participativo nos visitó el colectivo extensionista de la Universidad Nacional de La Plata “Caminando sobre gliptodontes y tigres dientes de sable”.  

Durante este encuentro conocimos cómo era nuestro territorio en los últimos dos millones de años y cuáles eran los animales gigantes que habitaron nuestros arroyos y pastizales. Pudimos ver fósiles de cerca y discutir acerca de qué rol tienen en la construcción de nuestra identidad a través de reconocerlos como patrimonio. 

Descubrimos que en San Vicente no había dinosaurios, pero sí mamíferos de más de 1000kg. En particular, el grupo de extensión nos contó de un hallazgo que realizaron en Domselaar, en las barrancas del Río Samborombón Chico, donde encontraron los restos de un perezoso gigante. Además, discutimos cómo conocer y disfrutar de este patrimonio y el rol de los museos locales para garantizar su cuidado.







Diplomatura en promoción ambiental en la Universidad de San Vicente y un camino a la participación ciudadana

Desde Tierra Nativa, fuimos invitadas para profundizar en la temática de Participación Ciudadana en problemáticas ambientales en la Diplomatura en promoción ambiental en la Universidad de San Vicente que se dictó durante el segundo semestre de 2024.

Repasamos casos exitosos de participación de la comunidad e identificamos mecanismos de participación en la provincia de Buenos Aires. Como resultado del análisis y el debate realizamos un mapeo colectivo donde identificamos las problemáticas ambientales en el municipio, los atractivos culturales y naturales del municipio y detectamos líneas de acción que fortalezcan la promoción ambiental.

Como resultado de los encuentros dentro de la diplomatura comenzamos un mapa de acceso público que iremos nutriendo en los próximos talleres que se dictarán. 

Un nuevo año, un nuevo ciclo de talleres

Desmitificando el rol de las serpientes en nuestro entorno

A principios de marzo de 2025 inauguramos los talleres participativos debatiendo sobre las diversas especies de serpientes presentes en Buenos Aires, aprendiendo a identificarlas y comprender su papel fundamental en la salud de los ecosistemas. Para este taller tuvimos como invitada a Agustina Barruti, estudiante avanzada de la Licenciatura en Biología de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP).

Exploramos las especies venenosas que pueden generar problemas de salud graves en caso de mordedura, y recibimos orientación sobre cómo actuar en tales situaciones.

Concluimos que es posible una convivencia pacífica entre nosotrxs y las serpientes. Pero para eso es necesario conocer, conservar y cuidar nuestro entorno natural. En este sentido, es fundamental el apoyo a organismos públicos científicos, educativos y de salud que garanticen la construcción de conocimiento, el acceso a la información y a medidas de salud preventiva y de atención primaria ante eventuales mordeduras.




Manos a la obra... el voluntariado en la reserva

Durante este año comenzamos a participar de las jornadas de voluntariado para recuperar el sector de pastizal de la reserva. En la primera de ellas nos focalizamos en las actividades dentro del vivero de la reserva. Sembramos ocho especies de pastos nativos con el objetivo de evaluar su capacidad de germinación y aumentar la producción de especies propias del pastizal en la reserva. Estas plantas, una vez desarrolladas, serán re-introducidas en los sectores actualmente en proceso de restauración ecológica.

La producción de especies nativas es una tarea clave para la restauración de ecosistemas y los viveros de nativas tienen un rol fundamental. En el caso particular de los pastizales, es muy difícil conseguir semillas de especies nativas, ya que su comercialización no es común en los viveros tradicionales. Por eso, este tipo de acciones es fundamental: no solo permiten producir plantas, sino también construir conocimientos que ayuden a mejorar los procesos de germinación y restauración.

En las próximas jornadas de voluntariado estaremos participando del trasplante y repique de las especies sembradas, acompañando su desarrollo en el vivero para que, en el futuro, se conviertan en fuente de dispersión en la reserva. Además, durante la primavera, realizaremos una intervención en el pastizal para reintroducir las especies producidas, fortaleciendo así el proceso de restauración ecológica.

La participación ciudadana es clave para sostener estos procesos. La recuperación de los ecosistemas es una tarea colectiva, y estas actividades nos brindan la oportunidad de involucrarnos activamente y articular esfuerzos para proteger nuestro patrimonio natural y cultural, y con ello, nuestra identidad.

Cómo seguimos…

A lo largo de estos ciclos de talleres en San Vicente pudimos abordar la importancia de la participación ciudadana para comprender, cuidar y fortalecer el vínculo en nuestro territorio. La construcción de conocimientos colectivos nos permitió identificar problemáticas ambientales, reconocer el valor de nuestros ecosistemas locales y pensar de manera conjunta estrategias para su conservación.

 El uso de herramientas como las imágenes satelitales, la cartografía y metodologías como el mapeo participativo fue claves para visibilizar el patrimonio natural y cultural que tiene San Vicente, reconocer sus problemáticas, amenazas que los afectan y planificar posibles acciones. Estos mapas no solo nos ayudan a organizar la información, sino que fortalecen la mirada integral sobre el paisaje y la capacidad de incidencia de la comunidad.

Durante este nuevo ciclo de encuentros queremos dar un paso más: pensar nuestros territorios como paisajes bioculturales, donde lo natural y lo cultural no se separan, sino que se entrelazan y se potencian mutuamente. Nuestros territorios son territorios de vida, habitados por una biodiversidad que convive con nuestras memorias, historias, saberes, prácticas y formas de habitar. En un municipio como San Vicente, atravesado por grandes ciudades y transformaciones urbanas aceleradas, nos preguntamos: ¿cómo conservar el paisaje que nos identifica?

Desde esta perspectiva, la conservación de la biodiversidad no puede pensarse aislada del entramado social. Por eso, hablamos de corredores bioculturales: espacios que conectan no solo ambientes naturales, sino también comunidades, culturas y formas de vida. ¿Qué políticas públicas pueden nacer desde esta mirada? ¿Qué lugar ocupa lo local, lo cotidiano, lo barrial, en la planificación del territorio? ¿Qué herramientas tenemos –desde las organizaciones, las escuelas, los municipios, las universidades, los clubes, las vecinales– para construir un ambientalismo que sea también popular y con mayor participación?

Queremos que estos talleres sigan siendo un espacio para pensar, construir y actuar de forma colectiva. Apostamos a que la participación ciudadana no se limite a la consulta, sino que sea una verdadera herramienta de transformación territorial. Un nuevo mapa se está dibujando, uno que no solo identifica especies y cuencas, sino también vínculos, prácticas y compromisos. ¡Les invitamos a sumarse a esta construcción colectiva y a seguir haciendo de San Vicente un territorio vivo, diverso y profundamente biocultural!

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